Septiembre huele a otoño en la Sierra de Alcaraz
El Otoño invita a la recolección de frutos y setas, a disfrutar de amaneceres y atardeceres en silencio esperando el berrido de los imponentes ciervos. La magia y el enigma del otoño te esperan en la sierra de Alcaraz!
Septiembre huele a otoño, a tierra mojada, gnomos y hadas escondidos entre las setas de nuestra sierra. No volveremos con la cesta vacía si salimos al campo durante este mes: majoletas, escaramujos para prevenir los resfriados otoñales, endrinas para preparar nuestro propio pacharán…. granadas, caquis e higos, y como no, los membrillos con los que elaboraremos el famoso dulce de membrillo que nos acompañará en las meriendas del inverno, junto con unas ricas nueces y almendras que recolectaremos los últimos días del verano.
El otoño es un espectáculo de sensaciones:
Olfativa: la tierra, los frutos, los animales, las hojas, …
Visual: El otoño impone un cambio drástico de paisaje que se tiñe de intensos colores que dan la bienvenida a la nueva temporada, desde el rojo al burdeos, del amarillo ocre al marrón clásico pasando por llamativos o totalmente apagados naranjas, contrastando con morados y verdes. Gamas cromáticas de las hojas que con diferente madurez comparten su árbol, las verdes aun jóvenes, seguidas de las amarillas maduras y las ancianas marrones y secas a punto de caer; árboles desnudos que comparten su suelo con árboles cargados de hojas de intensos rojos.
Gustativa: Enigmáticos sabores de los ingredientes típicos de la estación.
Tacto: tierra mojada, hojas, pinchos, piel de los frutos, láminas o poros de las setas… infinitos juegos de tacto para no perder este sentido.
Oído: El agua que se anima por las acequias y ríos, y con suerte el primer “reventón” de los Chorros del Rio Mundo. Pero el protagonista principal para el sentido del oído es la berrea del ciervo, la sierra se hace eco de los alaridos de los machos que lucen su cornamenta, mientras las hembras se dejan ver algunas acompañadas de las crías del año anterior, estampa que hace que los amaneceres y atardeceres sean incomparables a los del resto del año.
Y no solo son los conocidos cinco sentidos los que despierta el otoño, muchos más, aletargados por tanta luz artificial y centro comercial, y que nos reaviva el otoño con tan solo salir al campo, andar, respirar y contemplar el regalo de la naturaleza. Animaros a cargar las pilas en el campo y disfrutar de los últimos coletazos del verano y el inicio del otoño!